Sábado Santo

Lamentaciones 3:1-9, 19-24; Salmo 31:1-4, 15-16; 1ª Pedro 4:1-8; Mateo 27:57-66

Evangelio de Juan 19.38-42: José de Arimatea (discípulo secreto) pide permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Nicodemo llega con mucho perfume. Ambos envuelven el cuerpo con vendas empapadas en ese perfume. Y ponen el cuerpo en un huerto nuevo, apresuradamente, pues está por empezar el sábado judío.

Libro de las Lamentaciones 3.1-3, 21-24: Yo he experimentado el sufrimiento, el Señor me hizo andar por caminos sin luz… Pero en una cosa pongo mi esperanza: el amor del Señor no tiene fin, cada mañana se renuevan sus bondades, ¡qué grande es su fidelidad!

Salmo 31.1-5, 15-16: Señor, en ti confío, pues tú eres justo. ¡Tú eres mi roca y mi fortaleza! En tus manos encomiendo mi espíritu. Mi vida está en tus manos. ¡Haz brillar tu rostro sobre este siervo tuyo, y sálvame, por tu amor!

Primera Carta de Pedro 4.1-2, 6-11: Cristo sufrió en su cuerpo, tengan ustedes igual disposición. Pues aun a los muertos se les anunció la buena noticia. Dedíquense a la oración, vivan con mucho amor entre ustedes, y que Dios sea alabado con todo lo que hagan.