Ancianas, viejas y adultos mayores en Navidad

En estos días celebramos el nacimiento de Jesucristo con diversas representaciones navideñas y recordamos los acontecimientos alrededor de la llegada al mundo del Salvador. Lo hacemos a través de canciones, textos, liturgias, obras teatrales e imágenes.

Los protagonistas que normalmente incluimos son: María con el Niño Jesús y José, el establo, ángeles, los pastores, animales, una estrella y los sabios o reyes.

Sin embargo hay dos que comúnmente pasan desapercibidas. Dos mujeres que, según el evangelio de Lucas, son las primeras.

Isabel, también conocida como Elisabeth, es la primera persona que reconoce en el niño por nacer la bendición de Dios. A ella, la anciana estéril, que milagrosamente quedó embarazada, su prima María le dice, “Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá” (Lucas 1:45)

Ana, la muy anciana, es la primera persona que anuncia el Evangelio. Viuda por 84 años, conocida como profetisa y al servicio de Dios, es la persona que comienza a hablar de Jesús a quienes anhelaban al Mesías. “Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.” (Lucas 2:38)

Los relatos sobre Isabel y Ana parecen ser marginales, pero enmarcan el nacimiento del Salvador y encuadran el protagonismo de mujeres de edad. Por lo cual me hace reconocer con gratitud la importancia y el protagonismo de las mujeres mayores en nuestras comunidades.

La fe, la fidelidad y el compromiso de muchas mayores, son lo que anuncia hoy la presencia de Dios en este mundo.

Que Dios bendiga a todas las portadoras de esperanza, de vida y de buenas noticias.

¡Bendecida Navidad!