Recursos para la acción pastoral

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Para ser creyente hay que abandonar los dioses
La Biblia repite frecuentemente que los hombres nos inventamos dioses, los fabricamos. Por supuesto, es claro que fabricamos ‘imágenes’ de dioses. Un profeta, Isaías, se burla de quienes toman un trozo de madera y lo tallan para hacerse una imagen. Con las astillas que quedan –dice Isaías– hacen fuego y se preparan un asado. Y la talla que han hecho con la misma madera la colocan sobre un pedestal, se inclinan ante ella y le ruegan: “Dios mío, sálvame”. Ridiculiza así la adoración de imágenes.
Pero, más profundamente, se denuncia toda esa mistificación por las que nos fabricamos ideas de Dios, conceptos de Dios, a la medida de nuestras conveniencias e intereses, para justificar nuestra tranquilidad culpable frente al mal, para ahorrarnos el esfuerzo de luchar por un mundo mejor, para justificar nuestro egoísmo personal, de familia, de clase o de nación. Y después los adoramos, cuando en realidad nos estamos adorando a nosotros mismos.
Por ejemplo, Jesús dice que “no se puede adorar a Dios y a Mammón” (el dios del dinero o la riqueza). Y Pablo dice que “la avaricia es idolatría”, es decir, la adoración de un falso dios.
Es cierto que no siempre nos damos cuenta de lo que estamos haciendo. A veces, porque no le damos carácter religioso. Decimos que no somos religiosos, que no nos interesa la religión, pero en realidad hemos hecho de alguna de estas cosas –la riqueza, el poder, la comodidad– un dios y lo sacrificamos todo a ellas.
O, lo que en realidad es peor, nos llamamos cristianos, decimos que adoramos al verdadero Dios, que creemos en Jesucristo pero, en realidad, bajo esos nombres ocultamos nuestros propios intereses egoístas, de grupo o de clase. Hemos mantenido el nombre de Dios, pero hemos vaciado su contenido. No hay verdadera fe si no se destruyen estos falsos dioses. Este es el primer problema: para creer en Dios hay que descreer de los dioses que nos fabricamos, hay que comenzar por ser ateos de esos dioses.
José Míguez Bonino, metodista argentino, 1924-2012. Espacio para ser hombres, La Aurora, Bs As, 1990, p. 18.
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