50 años del atentado a la Iglesia Metodista en Mendoza
El viernes 4 de septiembre de 1975 nos fuimos a dormir como cualquier viernes. Aunque cada día tiene su preocupación. La semana anterior, precisamente el viernes la Parroquia del Padre Llorens en el Barrio San Martín había sido víctima de un atentado con bomba. No hubo víctimas porque los sacerdotes estaban junto con varios otros pastores en un retiro ecuménico.
El ecumenismo en esos años era algo vivido con mucha intensidad y fraternidad en Mendoza. Pastores, curas y laicos de diferentes Iglesias nos encontrábamos sistemáticamente. Entre muchas otras cosas que hacíamos, decidimos abrir nuestros brazos a personas que venían huyendo de la dictadura de Pinochet en Chile, en un programa de atención a refugiados sostenido por ACNUR y el Consejo Mundial de Iglesias.
El servicio se realizaba en las instalaciones de la Iglesia Metodista de Mendoza en la calle Espejo 423, en pleno centro de la ciudad, con el Centro Ecuménico de Acción Social CEAS, y cientos de refugiados eran atendidos diariamente.
Nunca hay una razón que justifique poner una bomba a una Iglesia. Pero lo cierto es que en la madrugada el sábado 5 de septiembre de 1975, nos despertamos con el tremendo estallido de una bomba que destruyó 5 puertas del edificio, algunos daños de mampostería y todos los vidrios del frente.
En el edificio (la iglesia) vivían dos familias. En el frente la familia Pagura y hacia los fondos la familia Gattinoni. El pastor Federico Pagura estaba ausente en una reunión en Buenos Aires, pero su familia dormía en las habitaciones que dan a la calle. Ni bien sonó la bomba pudieron asomarse a la ventana (sin sus vidrios) y constatar que ya se podía ver el patrullero de la policía enfrente “cuidando que el estallido de la bomba no perjudicara a algún transeúnte desprevenido”.
No cabe duda que fue un atentado de la Triple A, así como había pasado el viernes anterior con la Parroquia del Padre Llorens, y como pasó una semana más tarde, también en la madrugada de sábado, otra bomba explotó en la casa de un ex Sacerdote para el Tercer mundo (parte del movimiento ecuménico también).
Es una de las tantas cosas que quedó impune de las operaciones de la Triple A, pero todo está guardado en la memoria.
El daño que puede causar una bomba en una Iglesia en el propio centro de Mendoza tiene muchas consecuencias. Uno, sin duda, es el miedo que genera en los miembros de la comunidad y la discusión si ese servicio que se está prestando debe continuar o no por los riesgos que implica. Por su puesto que los daños materiales fueron cuantiosos y costosos. Pero la exposición social apoyada en el pensamiento simple “seguramente algo malo habrán hecho” o “en algo andarán”, fue un daño grande al testimonio de amor y comprensión valorando los derechos humanos de la Iglesia Evangélica Metodista de Mendoza.
Uno de nuestros hermanos mayores, con más de 80 años, Don José Azzam, nos recordó en ese momento de incertidumbre y crisis “si nosotros calláramos las piedras hablarían” y nos alentó a seguir sirviendo y a no tener miedo. Y, sin duda, Dios nos acompañó.
Juan Gattinoni
Un invierno en la Mendoza de 1975
Corríamos a atender el teléfono, antes que la abuelita fuera quien se enterara de amenazas anónimas. Tras los árboles de la Plaza acechaba el horror. La casa pastoral, en 2do y 3er piso frente a la Plaza. Atrás la otra casa pastoral, familia tan querida con bebita.
El templo era Refugio y acogida, en salones, subsuelo, aulas y oficinas pastorales. Esa madrugada estalló concreto, lo tan temido. Dormía en la cama grande con mamita. El miedo nos cobijaba. Papito en Bs As.
Tras la Bomba entró la policía en estampida. Mamita se paró en la puerta cubriendo el terror de la abuela: «Aquí no entran» y ellos se fueron.
Llegaban de Chile. Incontables, incansables. Me tocó entrevistar infinidad. Relatos, detalles, fechas, caminos de vidas en jirones, tajadas de esperanza. La abogada daba el criterio de Refugiados en cada situación. Los Pastores asistían en escucha, de Fe, de necesidades sociales, políticas, económicas. Asistentes Sociales, Psicólogo. Mamita armó el taller de tejido para las mujeres.
ACNUR y Consejo Mundial de Iglesias sostuvieron el paso hacia otros sitios del país y del mundo. La triple A y la Dina chilena coordinadas, perseguían…
Tanto Amor y banderas de ternura que el Pueblo y Allende concretaron antes, registré en esas entrevistas. Mostraban ese mundo posible solidario para todxs. Frente a tanto dolor y angustia….en las pensiones, en las iglesias de Mendoza: teatro, peñas, baile y canto, tan chilenos, tan patria gande.
«Vení Paloma, Volá» me llamó la voz Sol Caribe Amor…. y viajé a Costa Rica por un tiempo. …pero volví al empecinamiento de estar cerca de la familia y los dolores de nuestro pueblo, en esa página tan oscura de nuestra historia, de nuestros años 70 s y 80s…. Dios hasta aquí nos acompañó para seguir contando…50 años después!!!!
Ana Rita Pagura
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