Paz y bien amada hermandad.
Que el trino Dios este sosteniéndoles y animando vuestros ministerios. John Wesley dijo:
“La iglesia no transforma el mundo haciendo nuevos convertidos. Ella transforma el mundo haciendo discípulos.”
La tarea de de evangelizar no termina con la conversión. Somos permanentemente discípulos y discípulas convocados a permanecer y profundizar en el Evangelio, es asumir la mente de Cristo, su mismo espíritu, su amor, servicio, compasión y crecer en la piedad personal y social de la fe. El movimiento de discípulas y discípulos en todos los tiempos ha trabajado para ayudar a empoderar en la fe a otras y otros. No existe lugar para el individualismo de llaneros solitarios en la perspectiva metodista wesleyana y bíblica, sino que el ejercicio del discipulado es parte de toda la comunidad. La formación para la vida cristiana de amor y servicio empieza con la experiencia comunitaria. Wesley incorporaba los miembros del movimiento en los grupos pequeños, llamados de “sociedades” o “clases”. Y en estos espacios las vidas eran nutridas, ganaban vitalidad y eran orientadas para para el servicio. Hermana y hermano te invito a que hagas tuya esta oración:
Santo Espíritu:
llénanos con entusiasmo para anunciar la buena nueva.
Santo Espíritu:
ayúdanos a abrirnos a las necesidades de los demás.
Santo Espíritu que tienes todo el poder:
danos a todas y todos tu ayuda, y tu fuerza.
Santo Espíritu:
dirígenos para que sigamos caminando por la huella que Jesús el Cristo dejó.
Amén
Abrazo cálido y sereno en Cristo Jesús.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo