Recursos para la predicación

04 Sep 2024
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Recursos para la predicación 08 SeptiembreSep 2024

Verde


Marcos 7.24-37 – “Habla” el evangelista Marcos – Presentación de Carlos Bravo Gallardo

7.24-30 – Perros y demonios

Después de ese pesado encuentro con escribas y fariseos, Jesús se dirige a la región de Tiro, que es territorio pagano; no se va en plan de misión, sino de refugio. Por eso no quiere que nadie se entere. El conflicto con el centro religioso judío había sido muy fuerte y las consecuencias previsibles, amenazantes. Busca aclararse, sin la presión de la amenaza. Por eso sale de Galilea, donde todos siguen discutiendo sobre el conflicto que ha tenido con los escribas y fariseos.

Pero por más que quiere, no puede permanecer oculto. Una mujer, una mujer cuya hijita está enferma, ha oído de él. Es una griega, de raza sirofenicia, por tanto pagana. Llega a la casa donde Jesús está oculto, y se echa a sus pies rogándole y rogándole que le ayude, porque su hijita está a merced de un espíritu maligno, que la tiene en situación de muerte.

Nuevamente se enfrenta Jesús con una situación de vida o muerte. Pero no son sus planes ir a los paganos; su misión es convocar al pueblo de Israel, a las ovejas perdidas por falta de pastores. Para eso ha creado el grupo de Los Doce: porque piensa y siente que el pueblo reunificado necesita Doce como nuevo fundamento.

Pero ellos no entienden; los jefes judíos lo tienen amenazado de muerte; el pueblo lo busca por los beneficios que les representa, no porque vean en su práctica signos del Reino nuevo. Y ahora esa mujer pagana lo pone frente al dilema: ¿para quiénes es el pan: para los hijos –incluyendo a los dirigentes judíos, que lo rechazan o para los perrillos los gentiles, que lo reciben?

“Primero se tienen que saciar los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos”, le dice a la mujer. Pero el ser madre le da a ésta una lucidez y una tenacidad que la hace superar cualquier dificultad. “Cierto, Señor; pero tú eres pan despreciado por los hijos; eres migaja caída de la mesa de Israel, y eres la parte que toca a los perrillos”. La mujer ha sabido leer en el interior de Jesús el dolor del despreciado, del incomprendido, del amenazado y perseguido. Y le revela a Jesús que, aunque rechazado por los suyos, sigue siendo vida y dando vida.

Aquello es para Jesús como un aire fresco que no esperaba. Él buscaba refugio y soledad, y encuentra comprensión y aliento en una pagana, una mujer a quien sus compatriotas, los hijos, designan como perra. En ella encuentra la fe que no había encontrado en su propia tierra. Y le dice: “Eso que has dicho ha realizado ya el milagro; vete a tu casa, que ya salió de tu hija el demonio que la atormentaba”. Y efectivamente, al llegar a su casa encuentra a la niñita acostada en cama, ya tranquila, sin esa respiración angustiada…

7.31-37 Poder oír y poder hablar

Aquella conversación había aclarado las cosas. También la vida de los paganos era asunto del Reino, era asunto de Jesús. Podía y debía salir de nuevo, ‘mientras fuera de día’. Y saliendo de nuevo de la región de Tiro se dirigió por Sidón hacia el mar de Galilea, pasando los límites de la Decápolis, todo en territorio pagano.

Y le traen un sordomudo y le piden que le imponga las manos. Jesús lo aparta del gentío y, a solas con él, le toca los oídos con los dedos, y con saliva le toca la lengua. Y levantando los ojos al cielo, profundamente emocionado, le dice: ‹‹Effathá››. No era una palabra mágica. En su lengua aquello significaba ‹‹¡Ábrete!››. Aquel hombre, un gentil, no israelita, no entendía el arameo. Pero el Reino era también para ellos. Y se abren sus oídos e inmediatamente se le suelta la atadura de su lengua y habla perfectamente.

Ya no quería que se volviera a desatar la ola de popularidad que se había vuelto tan incontrolable y amenazante; pero, como antes en su tierra, también aquí la petición de silencio fue en vano. Mientras más les ordenaba que no lo dijeran a nadie más ellos lo pregonaban y, sorprendidos por eso tan nuevo que estaba pasando entre ellos, decían: ‹‹Todo lo ha hecho muy bien; hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos››.

Carlos Bravo Gallardo, sj, en Galilea, Año 30. Historia de un conflicto (Para leer el evangelio de Marcos), Verbo Divino, Quito, 1993.


Introducción al Libro de los Proverbios – Presentación de Gilberto Gorgulho

El libro de los Proverbios es una colección de sentencias, comparaciones, proverbios y alegorías. La sabiduría es la confrontación y la ruptura con el circuito de la violencia para llevar la vida humana al camino de la libertad, de la justicia y de la vida plena (Prov 3.13-18; 4.23; 8.25-36). Este dinamismo de la sabiduría es presentado con cinco categorías en el conjunto de las diversas colecciones:

  1. La vida. El libro habla de la vida más de treinta veces. La Sabiduría es llamado y don que orienta y sustenta el deseo humano de vida plena (Prov 4.20-27; 8.35-36; 21-21). La búsqueda de la justicia y del honor es procurar la vida íntegra (Prov 10.17; 13.14; 15.24). El Árbol de la Vida expresa el contenido central de la sabiduría como principio y fin de la vida humana en la historia y en la sociedad. El Árbol de la Vida es el principio de la creación y de la vida moral. El Árbol de la Vida es el deseo realizado (Prov 3.18; 13.12; 14.4).
  2. La mujer. Hay tipos de mujer que explican lo que es la sabiduría y la vida humana. La madre en la casa patriarcal es el arquetipo de la vida humana perfecta (Prov 31.10ss). la extraña/extranjera (Prov 5.20) es el esteorotipo del mecanismo de muerte para la casa patriarcal en la época persa (cf Prov 2.16-19). Estas dos mujeres son la fuente de los símbolos de la Sabiduría como fuente de Vida y de la Locura como sombra nociva del mecanismo de muerte (Prov 9).
  3. El discernimiento es don de la inteligencia y la disciplina de Yahvé. Es el impulso de la realización del deseo de justicia y de vida (Prov 3.11-12ss). El discernimiento lleva a la decisión eficaz que rechaza la palabra fatal que trae la muerte. Prov 9 dice que es la respuesta a la llamada de la sabiduría a participar en el banquete de la vida en comunión.
  4. La violencia. La eficacia de la llamada de la sabiduría es la ruptura con el circuito de la violencia (Prov 1.10-18,19), este mecanismo es una trampa insidiosa y una red mortífera (v.17), fruto de la codicia, del deseo de apropiación (v 15-19). El circuito de la violencia puede verse en la acción de la mujer extraña/extranjera (Prov 2.16s; 5; 6.29; 7). La Locura personificada es el mayor símbolo de este mecanismo, y constituye la llamada radicalmente contraria a la llamada y al impulso de la Sabiduría (Prov 3.31; 8.36; 9).
  5. La justicia revierte el ciclo mortífero de la violencia. Prov 3.12-20 define la sabiduría mesiánica como realización de la justicia. Es el impulso recto del deseo que lleva al honor y a la vida (v 18-20). Es el impulso recto del deseo que constituye al justo en su integridad (Prov 10.2; 21.21). El Justo discierne la causa de los pobres y asegura la estabilidad del pueblo en la paz y en la reciprocidad (Prov 12.28; 29.7,14).

El dinamismo de estas categorías explica la articulación de las cinco partes actuales del libro de los Proverbios:

  1. La Sabiduría es una llamada a la Vida: Prov 1–9
  2. El Justo vive por la fidelidad: Prov 10–22.16
  3. Dios es Protector y Guía de los pobres: Prov 22.17–24.34
  4. El Justo defiende la causa de los pobres: Prov 25–29
  5. El Sabio discierne la llamada de la Sabiduría: Prov 30–31

Proverbios 22.1–23.11

El efecto de la sabiduría. Proverbios 22.1-16

Vs 1-4: La sabiduría asegura la integridad del nombre en la confrontación del rico y del pobre ante Dios. El sabio discierne el mal (v 2). El criterio del discernimiento es la humildad (‘anawah; cf Sof 2.3; 3.11-13), lo que asegura el acceso a la riqueza auténtica, al honor y a la vida (v 4); la recompensa de la humildad y del temor de Yavé es la riqueza, el honor y la vida.

Vs 5-8: La sabiduría supera el obstáculo de la confrontación entre rico y pobre. Atención a los espinos y trampas contra la vida (v 5), y en hacer lo que exige la acción correcta (v 6). El rico domina a los indigentes y la transacción económica trae la esclavitud (v 7). El que siembra injusticia recogerá miseria (v 8).

Vs 9-12: la sabiduría asegura la práctica del bien y del discernimiento práctico: el corazón puro se expresa en los ojos y en los labios por la bondad de los sentimientos y de la acción que aleja la discordia y el deshonor en favor del pueblo débil anunciado por Sofonías 3.11-13. Yavé asegura el discernimiento recto, o la ciencia que dirige la acción buena y la integra en la vida del pueblo garantizada por el rey (vs 11-12; cf 20.26ss).

Vs 13-16: Un redactor termina el conjunto con ejemplos típicos de la negación de la sabiduría. El perezoso tiene pretexto para su pereza, incluso hasta el absurdo (v 13; cf Prov 6.6-11). La mujer extraña es una fosa profunda que desencadena el mecanismo victimario (v 14; cf Prov 2.16ss). La insensatez está ligada al corazón joven; pero la vara de la disciplina le apartará de ella (v 15). La confrontación pobre/rico es siempre una paradoja en la tensión social (cf 7.5; 18.11, 23; 22.7).

El Dios defensor de los pobres. Proverbios 22.17–24.34. Aquí presentamos el estudio hasta 23.11.

La colección está compuesta de tres unidades. La primera es semejante a la sabiduría egipcia de Amen-em-ope, pero asimila la tradición bíblica bajo la influencia de Sofonías en la defensa del pueblo pobre (Prov 22.17–23.11). La segunda se asemeja a las enseñanzas de Ajiqar (Prov 23.12–24.22). La tercera presenta la función de la justicia en la vida campesina, en el trabajo y en el portal de las aldeas (Prov 24.23-34).

El libro tiene origen entre los sabios deuteronomistas hacia el final de la monarquía de Judá. Está ligado a los Ancianos y Escribas mencionados por Jeremías y por el Deuteronomio (cf Jer 26.17; 36.19; Deut 21.2). la sabiduría es la defensa del pueblo pobre a partir de la casa campesina (cf. Prov 24.3-6, 30-34). La palabra del sabio discierne la presencia de Yavé en la defensa de los pobres como fundamento de la vida en Alianza. El Dios Goel es el centro de la Alianza en la defensa del pobre, del huérfano y de la viuda (Prov 23.11; cf Éx 22.11-22). Este anuncio coloca todo el libro de los Proverbios en paralelo con la Ley y los Profetas (cf Éx 6.1-7 y Job 19.25-29).

La defensa de los pobres. 22.17–23.11.

La unidad tiene una estructura articulada. La introducción es la motivación y la promesa de la presencia de Yavé como base de la confianza del sabio. No se lee ya en el v 20 la expresión “treinta” (en referencia al texto de Amen-em-ope). La verdad fundamental (qosht, cf Dn 2.47; 4.34) o palabras de la verdad, está en la práctica de la justicia en favor del pueblo débil y oprimido (22.17-21; cf Sof 3.11-13).

Las diez amonestaciones se articulan. Las 4 primeras (22.22-28) y las 4 últimas (23.4-11) indican la práctica de la justicia en el portal de las aldeas. Este núcleo refleja el espíritu deuteronomista y la predicación de Sofonías. Se ve a los Ancianos que mantienen la justicia en la defensa de los pobres (cf Dt 1.15; 16.18; 21.18-19). Los dos ítems centrales (22.29–23.3) son normas para un funcionario o para los Ancianos que frecuentan la mesa de la corte (cf Eclo 31.12-16).

 Gilberto Gorgulho, biblista católico brasileño en Proverbios, Comentario Bíblico Latinoamericano, Verbo Divino, España, 2007.


Introducción a los salmos ascensionales o cánticos de las subidas (Salmos 120-134) – Presentación de Cortese y Pongutá

Todos estos salmos son muy breves, y son además muy diferentes en géneros literarios a los otros salmos. Sólo mencionan el templo al comienzo, en 122.1 y al final de la colección, en 134.1. en otras palabras, no tenemos en estos salmos la oración oficial y solemne que encontramos en las otras colecciones. Sin embargo, todos se hallan impregnados de una religiosidad muy peculiar y muy bella dentro de su simplicidad.

Se puede decir que son salmos de peregrinos a Jerusalén y que surgen de un desarrollo popular y no oficial, en cuyo centro no está el rey ni los líderes, ni los ministros del culto ni los cantores especializados, sino la gente.

Al darles el título de cantos de peregrinación se insinúa la opinión que interpreta así la expresión cántico de las subidas. El mismo orden de estos salmos es elocuente, enfatizando la idea de la peregrinación, tanto del regreso del exilio como de la subida a Jerusalén. De hecho, el Sal 120 expresa la tristeza de vivir lejos de Jerusalén, el 121 promete la protección divina para el viaje y el 122 la alegría de la llegada a la ciudad y la primera plegaria por ella. Los salmos 127s hacen el augurio de bendiciones y prosperidad para la propia familia (frecuentemente dejada en casa) a quienes retornan y mientras que el 129 niega la bendición a quien odia a Jerusalén y el 130 orienta la plegaria por la redención de Israel, esperada con anhelo paciente (131), al final el 132 hace recordar la antigua procesión del arca para invocar la bendición para la ciudad, los sacerdotes y para el futuro Mesías.


Salmo 125 – Paz para Jerusalén – Presentación de Cortese y Pongutá

La adición de esta plegaria se motiva por nuevas situaciones difíciles por culpa de los impíos, enemigos de los justos (3: ¿es la situación de los tiempos de Nehemías?); a ellos se desea brindar esperanza con una imagen que sugiere seguridad (Jerusalén protegida por una cadena de montañas: 2) y con un motivo que es, en el fondo, una sabia exhortación a la no violencia: ver 3b.

Lectura cristiana

En la espiritualidad evangélica no tenemos muchas peregrinaciones ni procesiones, a no ser la participación en una marcha con un fin solidario pidiendo justicia por alguna causa o “la movida” por alguna acción servicial. No visualizamos el participar en el culto como una peregrinación, excepto la modalidad de la santa cena en forma “peregrina”.

Sin embargo, admiramos la espontaneidad y la libertad de expresión de estas modalidades de oración popular que no fueron sofocadas del todo por las instituciones y por las liturgias completas de nuestro culto, que incluyen la invocación, la gratitud y la alabanza, la confesión y la proclamación de la palabra, la afirmación de fe, la intercesión, la eucaristía y la bendición. Nuestros “devocionales” se acercan más al sentido “peregrino” o “en marcha” de estos salmos.

Pero en un sentido más profundo nos visualizamos como un pueblo peregrino, en marcha hacia la liberación tanto en sentido comunitario como en términos más trascendentes. Todavía algunos recordamos la alegoría de El Peregrino de Juan Bunyan, y evocamos el fin de la última dictadura militar como una liberación, no completa ni menos definitiva, pero sí con fuerza significativa. Nuestra canción latinoamericana Momento nuevo nos acerca a este sentido de vivir en peregrinación.

Enzo Cortese y Silvestre Pongutá, Salmos, en Comentario Bíblico Latinoamericano, Verbo Divino, España, 2007. Texto reformulado por GB en el acápite Lectura cristiana.


Santiago 2.1-13 – Presentación de Mercedes García Bachmann

Repaso exegético

Vv 1-9: elaboran un solo tema: la profesión de fe en JC es incompatible con la discriminación contra personas; esta es la 2da mención explícita de JC en la carta.

El ejemplo planteado para hablar de la discriminación es el de la visita a “vuestra reunión” de un caballero con anillo de oro y ropas brillantes y la de un pobre con ropas manchadas. Algunos comentarios piensan en miembros ricos y pobres dentro de la misma congregación, otros, en visitantes (se les tiene que indicar lugar donde ubicarse). Dado que el anillo de oro era signo de la orden ecuestre romana, el 2do de los grupos aristocráticos que, además, controlaba los impuestos, y dada la crítica a los ricos que sigue, por oprimir a los/as cristianos/as, Laws interpreta el pasaje de esta manera: Cuando un rico y un pobre vienen a visitar la asamblea, ustedes discriminan al pobre, que es quien eventualmente podría unirse a la asamblea, cuando el rico, al que ustedes tratan como corresponde, es el que después los oprime y mancha el nombre que ustedes llevan. La crítica no es tratar como corresponde al rico, sino no tratar como corresponde al pobre.

La ubicación de esta situación hipotética es vuestra “reunión” o “asamblea”. Falta evidencia arqueológica de sinagogas como lugares de culto en el primer siglo. A esto hay que sumar el hecho de que el término se refiera a una reunión pública, no a un culto.

B. Ward ha mostrado las coincidencias en lenguaje entre este pasaje de Sgo y las enseñanzas rabínicas que regulan la administración de justicia. El v 8 invoca Lev 19.18 (amor al prójimo), el cual se da en el contexto de la administración de justicia, v. 15: “Siendo juez, no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande…” Entonces, dado el lenguaje legal, la visita a la reunión cristiana y el amor al prójimo, el asunto no parece ser la discriminación entre miembros ricos y pobres de la comunidad, sino más bien, una situación hipotética (probablemente basada sobre hechos reales, si no no tendría peso argumentativo): si vienen un rico y un pobre a visitarlos, ustedes juzgan a favor del rico y humillan al pobre, cuando el amor al prójimo exige ser imparciales en el juicio y cuando, dadas las condiciones en que las familias cristianas se encuentran, son los ricos los que los oprimen con impuestos.

Breve reflexión teológica

La descripción casi caricaturesca del hombre de anillo de oro y ropas brillantes, y el hombre de ropas manchadas no debe hacernos perder de vista el anuncio fundamental, a saber: Dios no discrimina, por ende quienes nos llamamos hijos o hijas de Dios, salvadas/os por Dios, tampoco podemos discriminar. Más de una vez hemos oído cosas como “en la Argentina no hay discriminación”. La verdad es que, dependiendo de las características particulares de nuestras congregaciones, la discriminación tendrá distinto color: por raza, idioma, clase social, condición económica, cultura particular. Pero no por tener distinto color deja de ser discriminación, y, según Santiago, incoherente con la profesión de fe que hacemos semanalmente, si no diariamente.

Nuestros límites siempre están más acá que los de Dios, no importa cuánto nos esforcemos en extenderlos más lejos.

Posible esquema para la predicación

  1. Comenzar con un recuento de frases o actitudes que nos caracterizan como argentinos/as, alemanes/as, italianos/as, ingleses/as, o lo que fuere. Los famosos estereotipos: “los criollos son vagos”, “los gallegos son brutos”, “los tanos son…”
  2. ¿Cómo diferenciar el interés por las diferencias y la diversidad, de la discriminación, al menos de algunos de los grupos diferentes? Por ejemplo, ¿qué actitudes y preconceptos tenemos sobre los/as infectados/as de HIV/SIDA, los travestis, la gente de la calle? Si hay ejemplos congregacionales que se puedan usar, sería una manera de desenmascarar nuestros prejuicios.
  3. Confrontación con el texto: Si discriminamos no somos de Dios. Explorar el texto y sus ejemplos.
  4. Elaborar una liturgia /oración/ letanía buscando perdón por la facilidad con que juzgamos y la comodidad con que nos quedamos con nuestros prejuicios, e invitar a la congregación a un proceso de búsqueda de su misión propia empezando por este reconocimiento.
Mercedes García Bachmann, biblista luterana argentina, en Encuentros Exegético-Homiléticos 6, sept. 2000, ISEDET, Buenos Aires.


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