Recursos para la predicación

Mateo 18.21 35 – Presentación de Severino Croatto
El pasaje del evangelio continúa al del domingo precedente y está también sacado del discurso a la comunidad de hermanos (Mateo 18). Amonestar al hermano, insistir ante testigos o llevarlo a la comunidad (vv.15-17a), hasta excluir al renuente (v.17b), persigue el cambio en él. Pero el corazón humano esconde fácilmente el rencor por las ofensas. El “no te perdono” es escuchado con facilidad en nuestras vidas. La pregunta de Pedro en 18.21 tiene que ver tal vez –en la intención del evangelista– con lo que a él mismo le pasará según el relato de la pasión (26.69-75). “Llorar amargamente” (v.75) supondrá el arrepentimiento, y entonces estaría descontado el perdón de Jesús.
En nuestro pasaje, la pregunta genérica por “¿cuántas veces?”, se reduce después a “¿siete veces?”, pero no hay que pensar de mayor a menor, sino al revés, dado que el número siete es totalizador. Si es así, la respuesta de Jesús potencia por setenta (7 x 10) el número de veces: no siete, sino setenta veces siete (v.22). El número resultante, 490, es super-totalizador, y por eso es usado en varias tradiciones, como en el libro de los Jubileos (siglo II a. C.) o en Génesis 4 (Caín y Lamec). Si Caín podía ser vengado “dos veces siete” (= 14), Lamec debía serlo setenta y siete (= 7 x 10 + 7). Estas promesas no describen el auge de la violencia sino que expresan enfáticamente la disuasión respecto de la misma. En el caso del evangelio, el super-número indica que la capacidad de personar debe ser inagotable. ¿Utopía? ¿Modo exagerado de hablar? Más bien, lenguaje simbólico en código matemático para afirmar algo muy importante: el perdonar no tiene límites.
La parábola del siervo sin entrañas (Mateo 18.23-35) nos da un ejemplo imaginario de la enseñanza sobre el perdón. La ironía, si no la iniquidad, está en que el perdonado no sabe perdonar. El perdonado por el rey magnánimo, no es capaz de perdonar a su prójimo. Aquel “tuvo compasión” (v.27). Éste castigó al compañero deudor. El que fue perdonado en una cantidad exorbitante (diez mil talentos, no se dice de qué), no quiso perdonar una exigua cantidad (cien denarios). Un talento equivalía a treinta y tres kilogramos, un denario era el salario de un día de trabajo en la época de Jesús, por tanto, una cantidad ínfima comparada con el talento. Aquellos cien denarios equivalían a 600.000 veces menos que los diez mil talentos. La exageración es intencional.
La afirmación final de Jesús (v.35) es una advertencia basada en la justicia. Pero cabe señalar que la idea de Jesús no es que perdonemos por miedo al castigo, sino “de corazón”. Dicho de otra manera, debemos perdonar por amor, porque el otro es el compañero, el hermano, el ser humano.
La enseñanza de esta parábola es molesta. En un mundo lleno de resentimientos, broncas, injusticias, despojo de unos por la corrupción de otros, de violencia en el cine y la televisión (violencia “docente”) tanto o más que en la calle (violencia práctica), nuestras relaciones sociales están cargadas de rencores, y se nos hace difícil perdonar. Podemos y debemos hacer justicia donde no la hay, pero también perdonar. Pensar que Jesús lo enseña en esta parábola, y lo practicará en su peor trance, es un estímulo para sus “discípulos”.
Severino Croatto, biblista católico argentino, 1930-2004, en Comentario Exegético-Homilético 30, ISEDET, septiembre 2002. Publicamos un resumen del comentario aludido.
Génesis 50.15-21 – Presentación de Pablo Andiñach
Tras fallecer el padre, los hermanos vuelven a temer por las posibles represalias de José hacia ellos. Esto es un indicio de que al menos en sus corazones todavía tenían presente el mal que le habían hecho. A pesar de las grandes demostraciones de afecto y de que José les había dicho que para él todo había sido un plan de Dios, todavía pensaban que muerto el padre podían moverse algunas estructuras en el interior del hermano y decidiera cobrarse aquella deuda de familia.
La primera escena muestra a los hermanos enviando emisarios porque no se atrevían a ir personalmente. En ella José llora al enterarse de que sus hermanos aún dudan de la sinceridad de su perdón. En la segunda (vs 18-21) se presentan ellos mismos ante él y José los tranquiliza con los mismos argumentos que ya había utilizado en 45.7-8: “Dios dispuso todo para bien… para mantener con vida al pueblo”. Así José establece su propia relación con Dios diciendo que no se cree Dios como para juzgar la conducta de sus hermanos. Y califica a sus hermanos como instrumento secreto del plan divino.
Pablo Andiñach, biblista metodista argentino en Génesis, Comentario bíblico latinoamericano, Verbo Divino, Estella, España, 2005.
Salmo 103.8-13 – Presentación de Rollin Walker
Cuando alguien ha encontrado un Dios cuyo carácter satisface enteramente su sentido moral, cuya sabiduría cumple el ideal de su razón, y cuyo amor satisface las demandas de su naturaleza afectiva, ha alcanzado ciertamente la meta de la búsqueda humana. Y esta es la meta a que ha llegado el autor del Salmo 103.
El que perdona todas tus maldades (vs 3). Alguien ha dicho que el mundo está dividido en dos clases de personas: pecadores que se consideran santos, y santos que se consideran pecadores. La gratitud por el perdón de los pecados es la nota más profunda en toda verdadera adoración. En la mediad en que apreciamos el amor de Dios sentimos cuánta es nuestra necesidad de perdón, y cuán maravillosa es la divina misericordia que persona nuestros pecados.
El que sana todas tus dolencias: el salmista se exhorta a sí mismo no solo a recordar que Dios perdona todas sus maldades, sino también que cura todas sus enfermedades. Alguna autopsia revela que alguien, muerto en un accidente automovilístico, en realidad ha padecido varias enfermedades mortales, pero la naturaleza, maravillosamente, lo había mantenido en aparente salud, a pesar de tener afectados órganos vitales. Todos somos milagros vivientes.
El Señor te rescata de la muerte (vs 4). Casi media humanidad está sometida a la brutalidad y la opresión, pero todos, en verdad, desde la infancia estamos siendo constantemente librados de accidentes y calamidades, aun cuando no nos demás cuenta de ello. Y, además, te colma de favores y de su misericordia. ¡Cuántas veces Dios nos ha tocado, y nos llenamos de asombro y alabanza!
El Señor imparte justicia a todos los oprimidos (vs 6). Los salmistas estaban constantemente regocijándose por los grandes hechos de Dios para salvación de su pueblo. Nosotros quizá no apreciemos la enorme influencia de estos salmos históricos en la vitalidad de la fe de Israel. Basándose en la historia, llegan a la conclusión de que se podía esperar que Dios, a la larga, derrotaría a los crueles explotadores de la humanidad. Dios vendrá a juzgar al mundo.
El Señor es misericordioso y clemente (vs 8-14). Aunque la ley moral es inexorable y el culpable no podrá eludirla, quien se arrepiente, sin embargo, descubre que “tan alta como los cielos sobre la tierra es su misericordia con quienes le honran”. Y lo maravilloso es n o solo que Dios sea bueno y fiel ahora, sino que se puede contar con que ha de serlo para siempre jamás. Nuestra experiencia humana es breve: “nuestros días son como la hierba”, “pero el Señor es eternamente misericordioso” (vs 15-19).
Y finalmente, el salmista convoca a la creación entera a unirse al coro de alabanza (vs 20-22). El salmista descubre que este tema es demasiado grande para uno solo, debe ser cantado por un coro, y los seres humanos no son suficientes para alabanza tan vasta. Y llama a toda la creación, como si quisiera convertir toda cosa creada en instrumentos musicales para fortalecer el coro de alabanza.
Y podemos agregar, desde la perspectiva cristiana, que el canto de los ángeles en Belén agrega otro coro a este salmo. Y la presencia y obra del Cristo Jesús muestra que su mensaje y su muerte revelan el amor de Dios hasta el límite de la entrega total. Y aunque los días humanos sean como la hierba, la muerte no es el fin de todas las cosas, sino que quien se pliega al propósito de Dios permanecerá para siempre.
Rollin Walker, Los salmos en la vida moderna, La Aurora y Casa Unida de Publicaciones, Bs Aires y México, 1946. Resumen de GBH
Romanos 14.1 12 – Presentación de Néstor Míguez
Análisis exegético
Muchos exégetas piensan, en este último tiempo, que aquí se encuentra el verdadero porqué de la carta, su “núcleo motivador”, que hace de esta una carta “pastoral” y no simplemente un tratado doctrinal. Sostienen que a Pablo le preocupan las divisiones que se dan en las comunidades, incluso en esta que él no conoce personalmente, aunque sí tenga muchos colaboradores que le refieren lo que está pasando.
Y si en Corinto reacciona frente a las divisiones por “partidos” (de Pablo, de Apolos, de Pedro), aquí le preocupan las tensiones que devienen de los conflictos en torno de la mesa y las leyes dietarias. Aquí los partidos son los “débiles” y los “fuertes” (los que se atienen a las tradiciones sobre las dietas hebreas y sus días de celebración, y quienes las ignoran). Sería lógico pensar que, luego de señalar que no nos podemos guiar por la ley, que los ritos no salvan, que la pertenencia a una determinada etnia no asegura nada, sin embargo sale en defensa de los “débiles” que se apegan a leyes, costumbres e identidades.
La creciente discusión entre los que se apegan a las tradiciones de Israel y la naciente iglesia de la gentilidad está en el trasfondo de toda la misiva, y probablemente Pablo comenzó tratando el tema en sus puntos más teóricos, pero teniendo en mente la situación práctica. Esto ya lo ha experimentado en Antioquía y en Galacia, como lo deja traslucir la Carta a los Gálatas, que probablemente preceda a Romanos solo en unos meses.
¿Puede sobrevivir la misión cristiana en medio de tal tensión? Estos conflictos internos no sólo amenazan la unidad y solidaridad interna de la iglesia sino que también afectan la misión evangelizadora, y esto es lo que más preocupa a Pablo. En su plan misionero de ir a evangelizar a Hispania (Ro 15.24) las comunidades de Roma son importantes como punto de paso y de apoyo. Si no encuentra unidad y sustento en ellas, todo se le complica.
Por ello, fija claramente y argumenta acabadamente su posición doctrinal, su afirmación de la centralidad de la justicia divina, de la que es partícipe el creyente por la fe de Cristo, su concepción de la insuficiencia de la ley para obrar esa justicia, y considera el lugar de Israel en la voluntad salvífica de Dios. Luego hablará del testimonio interno y externo de esa fe, y la condición del amor relacional como soporte ético de la vida comunitaria y de la conducta social del creyente.
Todo ello le servirá de base cuando trata la manifestación práctica del problema: como esto repercute en la vida cotidiana de las comunidades, donde conviven seguidores de Jesús provenientes del judaísmo, que respetan la tradición en la que fueron formados, con gentes provenientes de diferentes pueblos que no creen necesario apegarse a la misma. Por el contrario, algunos piensan que ese apego es una debilidad que les impide captar totalmente la generosidad del amor salvador de Dios en Cristo. Ellos han dado prueba de su “fortaleza” tomando el paso decisivo de separarse de las religiones de sus orígenes, enfrentando probablemente el riesgo de condena familiar y separación de los suyos, cuando no de la persecución, asumiendo la crítica de sus propias culturas, mientras que los judíos no se atreven a producir ese mismo quiebre.
Ante Pablo se ofrecen dos caminos: una secuencia lógica de su argumento sería desautorizar las tradiciones dietarias como parte de esa ley que no puede salvar, hablar de su inutilidad y remarcar el único camino posible: la fe en Jesucristo. Pero sabe que eso dividiría aún más la iglesia en Roma y haría más difícil su presencia allí y la misión que se propone. El otro camino, que es el que ha de emprender en este pasaje, es el del amor que privilegia la consideración al otro por sobre la ortodoxia doctrinal. No es que ceda en su punto de vista, pero acepta que la comunidad puede reconocer a quienes difieren, si están dispuestos a compartir en amor.
Por eso sugiere postergar la contienda sobre opiniones (Ro 14.1) para fortalecer el vínculo de mutua aceptación. La discrepancia subsiste (v. 2), pero lo que no debe hacerse es instalar el menosprecio del prójimo en virtud de sus opiniones, ni apresurar el juicio sobre el otro (v. 3). Lo que debe privilegiarse es la firmeza en la fe (v. 4) y debe reconocerse el valor de las convicciones (v. 5). En todo caso, es la actitud de gratitud al Creador de todo lo que debe prevalecer (v. 6).
En el v. 7, entonces, pone el núcleo de su argumentación: La vida no es autocentrada. La dignidad de cada uno no proviene de su orgullo, sino de la dádiva de vida de Dios en Cristo, que es a la vez origen y sentido de nuestra vida (v. 8). No solo la vida adquiere sentido en Cristo, también la muerte lo hace (v. 9). Porque en Cristo somos juzgados, carece de sentido que nosotros mismos nos convirtamos en jueces de nuestro hermano o nuestra hermana (v. 10). Los débiles no serán juzgados desde su debilidad ni los fuertes desde su fortaleza, sino todos desde el amor redentor que se manifiesta en Cristo. Ese amor se hace visible en nuestra aceptación de nuestro prójimo, en nuestra disposición a la mutua aceptación, de nuestra fe compartida en la alabanza (v.11), en el testimonio, y en el reconocimiento de nuestras diferencias! El límite no son las opiniones sobre qué días se guardarán, qué comidas se comerán, o de qué manera se celebrará, sino de nuestro compromiso con el Reino de Dios. Justamente será apenas unos versos más adelante que Pablo hará una de sus pocas referencias directas a la expresión “reino de Dios”: es cuando afirma que “el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.
Reflexiones homiléticas
Sin ánimo de burla, en todo caso, haciéndonos cargo de nuestras propias vanidades, cuántas discusiones han dividido al cuerpo de Cristo, desde Pablo para acá, por cuestiones como éstas. Desde la forma y modo del bautismo, pasando por el pan y la copa de la Santa Cena, el arreglo del Templo o la disposición de los bancos, o el modo del canto, el uso de los instrumentos musicales... cualquier cosa es buena para descalificar al hermano o hermana, que por lo tanto corren el riesgo de dejar de serlo. Uno ha experimentado en su carrera pastoral la obstinación de “los débiles” (que parecen no serlo tanto), o la soberbia de los fuertes (que así muestran, más que fortaleza, rigidez). ¡Qué sería de nosotros si Dios nos fuera a juzgar como nosotros nos apresuramos a enjuiciar a nuestro prójimo!
Esto no es solo un problema de intolerancia. De esa manera también se ahoga lo que Pablo nos propone como reino de Dios: el gozo del Espíritu Santo. No hay, no debería haber, gozo por juzgar al hermano o hermana (aunque hay veces en que pareciera producir cierta alegría el condenar al otro, en excluirlo). La justicia y la paz no vienen de discusiones doctrinales, por importantes que sean, sino de la práctica del amor misericordioso que hemos aprendido en Cristo.
No se trata de una visión idílica de la comunidad cristiana, ni un “todo vale” de la permisividad posmoderna. Se trata de saber, como Pablo lo indica en estos párrafos, dónde está el centro de nuestra vida, de corrernos del autocentramiento tan propio del individualismo moderno, y dar lugar a la presencia de Cristo en nosotros, de hacernos cargo de la justicia que brota de la fe, y no de la que suponemos a partir de nuestra propia razón o convicciones dogmáticas. No es que las enseñanzas que recibimos no sirvan, son parte de nuestra manera de recibir y expresar lo que Dios pone en nosotros. Pero siempre son segundas ante el reconocimiento del valor y la dignidad que hay en cada persona, ante la justicia y paz que le debemos como anuncio de la relación de amor que el Reino de Dios enciende en nosotros.
Néstor Míguez, biblista metodista argentino en Estudio Exegético-Homilético 102, ISEDET, Buenos Aires, septiembre 2008.
- Calendario
- Guests
- Attendance
- Forecast
- Comentarios
Weather data is currently not available for this location
Weather Report
Hoy stec_replace_today_date
stec_replace_current_summary_text
stec_replace_current_temp °stec_replace_current_temp_units
Wind stec_replace_current_wind stec_replace_current_wind_units stec_replace_current_wind_direction
Humidity stec_replace_current_humidity %
Feels like stec_replace_current_feels_like °stec_replace_current_temp_units
Forecast
Date
Weather
Temp
Next 24 Hours
Powered by openweathermap.org