Víspera de Navidad

Isaías 9:2-7; Salmo 96; Tito 2:11-14; Lucas 2:1-14, (15-20)

Evangelio de Lucas 2.1-14 (15-20): El emperador ordena un censo “de todo el mundo” (del imperio romano) y allá van caminando José, y María embarazada. Y nace el primogénito, en un pesebre. Y pastores sorprendidos, con ángeles anunciando gloria y paz. Y van los pastores a ver al niño y alaban a Dios.

Profeta Isaías 9.2, 4, 6-7: La expectativa del pueblo oprimido (desde antes, ya desde otros imperios), por luz y alegría para la gente sencilla –el pueblo que andaba en la oscuridad–, por libertad sobre las tiranías: todo eso empezará a concretarse en un niño, un príncipe de paz, en justicia y derecho…

Carta a Tito 2.11-14: Dios ha mostrado su bondad al ofrecer la salvación a toda la humanidad, viviendo en sobriedad y justicia, mientras esperamos el cumplimiento de nuestra esperanza.

Salmo 96.1-3, 11-13: ¡Canten al Señor una canción nueva, bendigan su nombre, anuncien su salvación, alabémosle con toda la creación, por su fuerza y su belleza, su justicia y su verdad!

Un mensaje dialogado será oportuno especialmente en caso de culto familiar o en el cierre de un “taller de Navidad” o escuelita bíblica para los chicos. Pueden intervenir los niños con alguna dramatización de una de las escenas típicas de la anunciación, o de las visitas de los pastores o los sabios del oriente, y resumimos con algún tema de la navidad.

Los carteles con algunos de los textos pueden estar destacados en nuestro espacio familiar o en la calle al lado afuera del templo en una escenificación del pesebre, lo mismo que carteles grandes que muestren las canciones que estaremos cantando, y también serán parte del mensaje.

Predominan en nuestros mensajes las notas de alabanza y de anuncio de la justicia y la paz: ángeles y pastores del campo cantan alabanzas a Dios; el mensaje del profeta anuncia paz y alegría para todo el mundo. No decimos “paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” como mal traducía alguna antigua versión, sino “buena voluntad (de Dios) para los seres humanos”, esperando la respuesta humana a la gracia de Dios.