Las bienaventuranzas hablan de personas con muchos conflictos (los pobres, los que lloran, los perseguidos), pero también es cierto que el Señor les agrega lo que vendrá, lo que les tiene reservado (el Reino, consolación, el reconocimiento como hijos de Dios). Y esta es la invitación a la esperanza, entre lo que está pasando (o nos está pasando) y el nuevo tiempo que el Padre nos tiene preparado.
Bienaventuradas las personas que, sin conocerlo, fueron al encuentro del niño Jesús, porque Dios estará presente en cada uno de sus gestos de cuidado y contención.
Bienaventuradas las personas que vieron la estrella y llegaron donde estaba el niño Jesús para adorarle con regalos, porque Dios bendecirá su actitud amorosa para el crecimiento de Su reino.
Bienaventuradas las personas que debieron salir de su país, porque Dios las recibirá en nuevas tierras donde se sentirán a salvo.
Bienaventuradas las personas que debieron salir de su país, porque Dios las recibirá en nuevas tierras donde se sentirán a salvo.
Jorge Luis Borges en su poesía El Sur expresaba: “(…) el olor del jazmín y la madreselva, (…) esas cosas, acaso, son el poema.” Es así, el florecer de los jazmines anuncia que nos acercamos al tiempo de Adviento y Navidad.
El nacimiento de Jesús el Cristo no solamente movilizó su familia, también inició un cambio en la humanidad. Para quienes lo quieren ver llegó la luz, la esperanza, la salvación, el camino a seguir, la vida para vivir y compartir.
El mensaje de Navidad del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), firmado por el secretario general en funciones del CMI, Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, realiza una reflexión sobre el amor de Cristo, un amor que es para todas las personas.
El capítulo doce del Apocalipsis presenta una narrativa de profundo dramatismo, una lucha desigual entre una mujer embarazada y un terrible dragón hambriento. Es el relato de una mujer acosada por las fuerzas de maldad con furia extrema. ¿Navidad como un tiempo de amenaza, peligro y lucha?
“La gracia de Dios que es fuente de salvación para todos los seres humanos, se ha manifestado… para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad…” 1° Timoteo 2:11-13...
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