El devocional del Obispo

08 Sep 2025
en Espiritualidad y devoción
El devocional del Obispo

Paz y bien amada hermandad.


SOSTENDRÉ MI IGLESIA
Con mis oraciones
Con mi presencia
Con mis contribuciones
Con mi servicio


“Si deseas ser un mayordomo fiel y sabio de la porción de los bienes de tu Señor, que Él ha depositado en tus manos, pero con el derecho de recuperarla cuando le plazca, primero, provee lo necesario para ti: alimento, ropa, lo que la naturaleza requiera moderadamente para conservar la salud y la fuerza del cuerpo. Segundo, provee esto para tu esposa, tus hijos, tus sirvientes o cualquier otra persona de tu hogar. Si al terminar esto, sobra, entonces «haz el bien a los de la familia de la fe». Si aún sobra, «haz el bien a todos según tengas oportunidad». Al hacerlo, das todo lo que puedes; es más, en un sentido sensato, todo lo que tienes: porque todo lo que se gasta de esta manera se entrega realmente a Dios. «Devolvéis a Dios lo que es de Dios», no sólo con lo que dáis a los pobres, sino también con lo que gastáis en proveer cosas necesarias para vosotros y vuestra casa”.

Sermón 50. J. Wesley.

Amados y amadas, nuestros bienes materiales no escapan a la comprensión de la mayordomía cristiana. ¡Todo nos viene de Dios! No somos poseedores/as sino administradores/as provisorios/as de lo recibido en esta vida, para que acorde al pensar y sentir de Jesús lo gestionemos en la misión de la iglesia y de las necesidades de nuestros prójimos y prójimas.

Por tal sentido, la generosidad ha de ser un principio y un proyecto de vida que se pone en práctica permanentemente. Somos dadores y dadoras alegres que oramos y meditamos sobre nuestra ofrenda por amor Dios, quien es la fuente de inspiración que nos indica cuánto espera que demos.

Oigamos la voz de Jesús:


“Su Señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25. 23 RVC.


Tal como nos inspira la sabiduría del justo: Somos convocados y convocadas a dar todo lo que tenemos, lo que somos, cual sacrificio espiritual a Aquel que no nos negó a su Hijo, su único Hijo, para que alcanzáramos la vida plena, eterna y abundante.
Oremos juntos y juntas: Santa Trinidad te pedimos un corazón generoso. Ayúdanos a darnos en abundancia con nuestro tiempo y recursos. Permítenos ver las oportunidades para que nuestra generosidad sea un reflejo de tu amor y bondad.

Guíanos a ser generosos y generosas no solo con nuestras posesiones materiales, sino también con nuestro tiempo, atención y compasión. Que nuestra generosidad inspire a otros/as a dar y a generar un efecto dominó de bondad y apoyo. Ayúdanos a ser parte de la solución, brindando los recursos y el apoyo que se requieren para la vida y misión de tu iglesia. Ayúdanos a cultivar un espíritu de generosidad en todo lo que hagamos. ¡Gracias por la alegría del dar! Amén.


«Seréis enriquecidos en todo para ser generosos en todo, lo cual producirá por medio de nosotros acción de gracias a Dios». 2° Corintios 9. 11


Abrazo cálido y sereno.

Pastor Américo Jara Reyes
Obispo


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