Paz y bien amada hermandad.
«¿Quién es Éste, que aún los vientos y el mar lo obedecen?».
Mateo 8.27
Más de una vez nos construimos imágenes sobre Jesús que no siempre responden a lo que Él precisamente es. Proyectamos sobre Él nuestras necesidades, nuestros prejuicios de clase, nuestros deseos, nuestras ideologías. Vemos a Jesús en términos de lo que nosotros mismos queremos encontrar en Él.
Por estas limitaciones es que se hace necesario que Dios corrija nuestras visiones sobre la identidad y la voluntad de Jesús para con nosotros. Y para ello se requiere estar abiertos y abiertas a ser cuestionados/as por Dios. Hemos de aceptar que no tenemos una visión completa y menos acabada sobre Jesús: el hijo del hombre.
Tenemos que aprovechar, valorar aquello que es posible cuando nos encontramos como comunidad de fe en el Dios de la vida. El constituirnos como comunidad hermenéutica, hace posible ver enriquecida la visión de Jesús y también su misión al dejarnos cuestionar nuestras seguridades (certezas teológicas) y experiencias de vida.
¿Cuál es el tipo de Jesús que me cierra, que me gusta o que apetezco?
¿Esto coincide con el que nos presentan las Escrituras?
¿Cuál es el tipo de misión que nos cae bien como iglesia?
¿La misión que Dios en Jesús nos propone nos incomoda?
¿Hay coincidencia entre nuestra misión y la que el Dios de vida pretende de nosotros y nosotras, aquí y ahora?
Afirmemos en esta jornada, que Jesús es Dios y que su irrupción en el mundo físico nos interpela en nuestra fe. Que su acción esté por encima de nuestros conocimientos y que el milagro es presencia de salvación y signo evidente de un Dios que libera.
¡Verdaderamente es el Hijo de Dios!
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
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