El devocional del Obispo

17 Nov 2025
en Espiritualidad y devoción
El devocional del Obispo

Paz y bien amada hermandad.


«pues todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre» Mateo 12. 50 LA VIDA FAMILIAR

Lucas 6.45

Susanna Wesley, es considerada grandemente como una voz preeminente en la historia de la formación espiritual de los hijos y la familia, en particular de Juan y Carlos Wesley, los hijos que siempre recordamos en nuestra historia como movimiento metodista.

Teniendo como enfoque fundamental moldear el carácter y el llamado de sus hijos, Susana hizo todo lo posible por integrar a su rutina diaria una rica vida espiritual. Junto a su esposo Samuel, tuvieron 19 hijos. Y solamente diez alcanzaron la edad adulta, ya que los otros nueve murieron en la infancia.

A su esposo le dice lo siguiente en una carta: “Soy una mujer, pero también soy ama de casa para una familia grande. Y aunque la máxima responsabilidad por las almas que la conforman recae en ti, durante tu larga ausencia no puedo dejar de ver a cada una de las almas que has dejado a mi cuidado como un talento confiado a mí bajo encomienda. No soy un hombre ni un ministro, y sin embargo, como madre y ama de casa siento que debo hacer más de lo que ya he hecho. He decidido empezar con mis propios hijos…”

Podemos afirmar que Susana entendió su vida familiar como su primera iglesia. Siendo su objetivo instruir a sus hijos “…en el camino correcto” (Proverbios 22:6) atendiendo a sus necesidades con el amor de Cristo Jesús, Susana supo verse a sí misma como una fiel administradora de sus dones convirtiéndoles en un ministerio de amor y servicio en oración y fidelidad.

Su hijo Juan, fue figura central del avivamiento evangélico del siglo XVIII en Gran Bretaña y fundador del movimiento metodista. En tanto Carlos desempeñó un papel fundamental en el movimiento de renovación, especialmente a través de su labor como compositor de himnos y su compromiso con la vida espiritual. Escribió más de ocho mil himnos muchos de los cuales han dejado su huella imborrable aún en nuestro presente tiempo.

Es relevante percibir a nuestras infancias como inicio de lo nuevo recuperando una perspectiva trascendente de ellos y ellas, ya que son la esperanza de Dios. En cada infancia Dios espera (nos espera) “al hombre humano, su eco, su resonancia, su arcoíris”… por lo tanto, “la tarea de los padres, hermanos y educadores será la de mantener abierto ese futuro y adentrarnos con ellos en ese futuro” afirma J. Moltmann.

Entrega tu vida familiar a Jesús – e invítalo a enseñarte cómo desea Él que instruyas y guíes a tu familia en los caminos del amor, la gracia y la fe.


TU PRIMERA IGLESIA

Cuida con esmero a tu familia. Cada miembro de la familia tiene necesidades, sueños, y un llamado único que exige “atención sagrada” por parte de quienes caminamos a su lado a lo largo de sus vidas. Cuando comenzamos a ver a nuestra familia como nuestra “Primera Iglesia”, tal como lo hizo Susana Wesley, podemos atender las necesidades de cada uno, sabiendo que Dios y todo el cielo nos respaldan cuando asumimos la responsabilidad de discipular las vidas que han sido confiadas a nuestro cuidado. Cuida con esmero a tu familia y dale lo mejor de tus fuerzas, al mismo tiempo que cultivas tu propia vida de fe.

Martín Lutero, el gran reformador, consideraba que la vida diaria en familia, y no la iglesia, era el centro de aprendizaje fundamental para el desarrollo espiritual de los hijos.


ORACIÓN

Para aquietar la mente y el corazón.

Espíritu de Dios, en este momento pongo a mi familia en tus manos de amor. Vengo a Ti en busca de fortaleza para amar, servir y cuidar a cada persona en mi familia como lo haces Tú. Ayúdame a estar presente para ellos y consciente de sus necesidades. Hazme un instrumento en Tus manos para contribuir en la realización de tus planes más altos para ellos. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.


PREGUNTA

Para incluir en el examen Diario.

  • ¿Cuál es el mayor sueño que tengo en este momento, y que creo que viene del corazón de Dios, para alguno de los miembros de mi familia? ¿Cómo puedo participar con Dios en el cumplimiento de ese sueño en su vida?
  • Para profundizar: ¿Cómo puedo orar por mi iglesia familiar? ¿Y por mi familia extendida?

Abrazo cálido y sereno.

Pastor Américo Jara Reyes
Obispo


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