Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 30 de noviembre

30 Nov 2016
en Espiritualidad y devoción
Tiempo de Oración
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Encuentro con Dios

 

Canto matutino

¡Oh, Santísimo, Felicísimo!

¡Oh, santísimo, felicísimo, grato tiempo de navidad!
Al mundo perdido, Cristo le ha nacido:
¡Alegría, alegría, cristiandad!

¡Oh, santísimo, felicísimo, grato tiempo de navidad!
Coros celestiales oyen los mortales:
¡Alegría, alegría, cristiandad!

¡Oh, santísimo, felicísimo, grato tiempo de navidad!
Príncipe del cielo, danos tu consuelo:
¡Alegría, alegría, cristiandad!

 

Oración de la mañana

Gracias, Dios Padre-Madre por todas las bendiciones que nos das día a día. A veces son tan pequeñas o cotidianas que no las sabemos mirar, pero ahí están, haciendo nuestros días mejores. Gracias por las jornadas de trabajo, de estudio, de encuentros,
Gracias por las miradas que nos devuelven sonrisas y nos hacen más próximas a otros. Gracias Dios, porque ahí estas, aquí estás cerca nuestro. Amén.

 

Texto sugerido

Juan 8:12

“Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

Para reflexionar durante esta semana

Historia de un faro

Un velero había salido lleno de esperanza del puerto de Buenos Aires buscando el Pacífico. No tenía más remedio que bordear la tierra a través del Cabo de Hornos y torcer hacia la derecha rumbo hacia el mar grande. Por eso puso confiado proa al sur, aunque su meta fuera el oeste. Pero el cambio de rumbo no se hizo. Lo cierto fue que, por alguna razón continuó al sur, rumbo al frío, rumbo al polo.

El error se fue haciendo duda y poco a poco la duda floreció en angustia. El pobre velero se encontró pronto rodeado por los témpanos, el frío y las tormentas. Entonces fue cuando se tuvo conciencia de estar marchando hacia la nada, el frío y la muerte. ¿Seguir?, ¿Para qué? , Si cada esfuerzo hacia adelante era un paso hacia la nada fría de la muerte. Preguntaron entonces a las estrellas. Pero las estrellas revoloteaban en círculo. Entonces ¿nada había ni en el barco ni en el cielo, que fuera capaz de devolver el rumbo? Porque el hecho de no saber dónde se estaba, quitaba todo sentido a lo que se tenía.

Y fue entonces cuando se recibió el mensaje: Tres cortas… una larga… silencio. Tres cortas… una larga… silencio. Tres… Un brillo intermitente despertó la curiosidad de esos hombres. No. No podía ser una estrella, demasiada cercana. Era un faro que continuaba fiel con el ritmo de sus intermitencias: tres cortas… una larga… silencio. Tres…

Los marineros aturdidos por el ruido y la tormenta que silbaba añoraban una señal más poderosa. El faro en su soledad tenía sólo un medio para comunicar y manifestarse: la fidelidad al ritmo de sus intermitencias. Y continuó lanzando su mensaje de luz. ¿Desembarcar en el faro? Era imposible debido a los arrecifes.

El velero contaba entre sus bienes con un libro de faros y así los marineros pudieron identificar el mensaje de ese faro y con ello, un punto de referencia para su posición. Cada cosa antes incoherente, aportó su pequeño mensaje : la posición del sol en el horizonte, la hora del reloj, la danza de la brújula, y hasta las mismas estrellas. El barco viró en redondo. Y con ello los marineros supieron que para ese velero comenzaba la oportunidad de salvarse.

No había cambiado nada en la geografía, seguían rodeados por los témpanos, el frío, las olas y los vientos, sin embargo ahora , en lugar de avanzar hacia la muerte y la nada, lo hacían hacia la luz, hacia la vida, hacia el encuentro con los demás seres humanos.

Había que hacer frente a todo lo que los había conducido hasta allí pero, la diferencia estaba en que ahora los esfuerzos tenían sentido porque conducían a la vida. Porque entre los navegantes, lo que desanima no es el tener que hacer esfuerzos, sino el que esos esfuerzos sean gestos vacíos de sentido.

Poco a poco fue quedando atrás toda esa geografía polar, las estrellas fueron inclinando sus órbitas buscando el horizonte, y la brújula fue estabilizándose. Se siguió navegando con fidelidad a esa ruta, proa hacia esa meta donde muere el sol.

Allá quedó el faro. Exigido por la fidelidad al ritmo de sus intermitencias, a su geografía polar y a su silencio. Porque el misterio personal del faro exige fidelidad a su arrecife, y un profundo respeto por la ruta personal de cada navegante, lo que no quita que a veces sufra de nostalgia al recordar a los veleros.

Que Jesús sea nuestro faro y nos lleve a lugares de paz, pero de esa paz que nos hace reaccionar a las injusticias, movernos a proyectos compartidos, jugarnos por los que nos necesitan, sentir en el otro el amor y respeto a la vida.

Adaptación del cuento de Mamerto Menapace, La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.

Oración nocturna

Señor, en esta noche, descansando de esta jornada, te damos las gracias porque con ella cerramos un mes más y así, nos acercamos a la celebración de la llegada de tu hijo Jesucristo, nuestro Maestro, Guía y Esperanza. Con esta fe que nos hace uno, estamos en tus manos para ser instrumentos de tu amor. Modélanos como vasos de barro y que de ellos se derrame en aquellos que necesitan de tu Palabra y nuestro trabajo.
Te pedimos que nos guíes y ayudes a ser luz en la oscuridad.
En tu nombre, de Jesús y del Espíritu Santo. Amén.

Canto

Yo quiero una Navidad 

Yo quiero una Navidad para todos iguales,
Alegrías, tristezas, oraciones y panes.

Compartimos juntos la divina luz,
Que nos trajo al mundo al niño Jesús.

Que acabe la guerra, que llegue la paz,
Que reine en el mundo la felicidad.

Hermanas y hermanos las manos tomad
Y siempre unidos al Rey proclamad.

 

Motivos que presentamos en Oración

  • Por nuestras Comunidades.
  • Los estudiantes que están dando exámenes.
  • Por los docentes y su lucha cotidiana por la educación y la dignidad de vida.
  • Te pedimos que guíes a nuestros gobernantes y puedan reflexionar y actuar a favor de la verdad, justicia y equidad.
  • Por aquellas familias que han quedado sin trabajo.
  • Por todos/as los que sufren discriminación.
  • Por aquellas personas de nuestra comunidad que están enfermas.
  • Por nuestras familias.
  • Por los proyectos de vida que nos hacen soñar y seguir andando.
  • Para que este tiempo de Adviento sea de esperanza de cambio, a un mundo solidario y sensible a las necesidades de nuestras comunidades.
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